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Piensa como Rafa Nadal
Buenas,
Hoy te cuento una pequeña historia de Rafa Nadal.
Supongo que sabrás quién es.
Si no, solo te puedo decir que es uno de los mayores deportistas españoles del mundo.
Te cuento.
Esto sucedió en un partido de Rafa cuando era joven.
Rafa estaba jugando un partido que iba perdiendo 6-0 en el primer set.
Y un exjugador de tenis avisó al entrenador de Nadal de que estaba jugando con la raqueta rota.
Por lo que su entrenador fue a decírselo.
Su entrenador se lo comentó a Rafa y le dijo: “¿No eres capaz de saber si tienes la raqueta rota o no?“.
A lo cual, Rafa le contestó: “Estoy acostumbrado a ser yo el responsable de que las cosas salgan bien o mal. Y por eso no me he fijado en que la raqueta estaba rota“.
Algo extraño, ¿no te parece?
Extraño porque ahora todo el mundo tiene una excusa.
Para todo.
Mágicamente todo lo malo es culpa de otro.
Que si el gobierno.
Que si soy así o de la otra manera y no lo puedo cambiar.
Que si justamente un mono hizo un mortal hacia atrás cuando había un eclipse que cegó a un topo.
La realidad es que el 99.9 periodo por ciento de las veces, somos nosotros los responsables de lo que nos pasa.
Si no lo quieres ver y hacerte la víctima, perfecto.
Si lo ves y quieres poner fin a esto, te felicito.
Es algo difícil de ver porque la mayoría de tu alrededor siempre tiene una excusa.
Por lo que tu lo normalizas y lo asimilas.
Básicamente imitas lo que ves.
Reconocerlo, como siempre se dice, es el primer paso.
Pero queda el segundo paso, el más duro.
Llevarlo a cabo.
Y aquí te tengo que decir que a mi personalmente me cuesta bastante.
Se que no debo poner excusas para hacer lo que tengo que hacer.
Pero aún así, si quiero puedo encontrar 1000 excusas.
Excusas para lo que tengo que hacer y que no he hecho por pereza.
Excusas para los problemas que me surgen y que son causados por mis decisiones.
Vamos, te aseguro que soy un maestro en esto.
Y te podría vender un curso de cómo mentirte a ti mismo sin que te des cuenta.
Pero no, en lugar de eso, te digo que tienes que hacer autocrítica, ser honesto y mirarte a los ojos.
En el fondo sabes lo que estás haciendo.
Solo necesitas decirte la verdad.
Gracias por tu tiempo y nos vemos la semana que viene.
PD: ya que has llegado hasta abajo, te dejo a ti, y solo a ti, que opines sobre el futuro de esta newsletter.