Diseña tu día productivo

Buenas,

Hoy quiero compartir contigo algunos principios clave sobre cómo diseñar un día altamente productivo, respaldados por la ciencia.

Todos tenemos las mismas 24 horas al día, pero nuestros resultados pueden ser increíblemente diferentes.

Y aquí te explico cómo aprovechar al máximo tu tiempo.

¿Cómo planificas y utilizas tu tiempo?

Esto es clave.

De echo, es la clave.

Planificar tu día de manera efectiva es crucial para maximizar tu productividad.

Para que te hagas una idea, aquí te dejo los puntos que considero más importantes y que no deben faltar en mi día a día.

  • Cultiva tu mente: Lee un libro, escucha un audiolibro o un podcast.

  • Cultiva tu cuerpo: Haz ejercicio regularmente.

  • Cultiva tu valor personal: Dedica tiempo a desarrollar nuevas habilidades.

Sí, podría añadir más.

Se me ocurren algunas áreas que se podrían incluir a la lista.

Pero, de verdad, con esto es suficiente.

Si empiezas a añadir más y más, adivina qué es lo que pasará.

Exacto, al tercer día dejarás de hacer una, al siguiente dos y así sucesivamente.

Imagínate que cada una de esas áreas que te he mencionado antes es una pata de una mesa.

Y atento con esto.

Una mesa de 4 patas puede cojear pero una de 3 no.

Una mesa de 3 patas es imposible que cojee.

Piénsalo.

Por eso siempre prefiero empezar por el mínimo producto viable que sé que no me hará tambalear a la semana de empezar.

Céntrate en lo mínimo que puedes controlar para no desperdiciar tu foco.

Las pequeñas acciones diarias pueden tener un gran impacto a largo plazo, similar al efecto mariposa.

Dedicando solo 20 minutos al día a una habilidad o reto, puedes superar a la mayoría de las personas que lo hacen de manera esporádica.

Y esto nos lleva a las rutinas.

Las rutinas son esenciales para ahorrar energía y ser más eficaces.

El cerebro las hace sin pensar.

Como le gusta a la sociedad de hoy en día.

Pero esta vez para algo bueno.

Seguro que te ha pasado que has llegado a un sitio y no sabes como o te has lavado los dientes y cinco minutos después te estas preguntando: “¿Me he lavado los dientes?“.

Esta es la potencia de las rutinas.

Las haces en piloto automático y te despreocupas de sobrepensar o de estar de humor o no.

Lo haces y punto.

Pero…

¿Qué sería del hombre sin reglas?

Lo mismo pasa con las rutinas.

De nada sirve tener 3 bonitas rutinas para luego cambiarlas de orden cada vez que quieras.

O cambiar los pasos que configuran la rutina o la duración.

Por ello:

  1. Ley de Laborit: Prioriza las tareas más difíciles a primera hora de la mañana.

  2. Ley de Pareto: El 80% de tus resultados provienen del 20% de las acciones más importantes.

  3. Ley de Parkinson: Una tarea se expande para llenar el tiempo disponible para su realización. Márcate plazos cortos y definidos.

Y así ya tienes una base para empezar a construir tu día productivo.

Espero que te haya resultado de utilidad.

Gracias por tu tiempo y nos vemos la semana que viene.